Emprender un viaje a través de la lectura de estos manuscritos sobre la Diputación Provincial de Mérida, conservados en la actualidad en la Colección Documental Antigua de la Biblioteca Nacional de Venezuela, significa, sin lugar a dudas, conectarse con testimonios y vestigios, que propician una mejor comprensión de nuestra historia. Sin embargo, creemos conveniente señalar, que dicha comprensión o acercamiento a nuestra historia o a nuestro pasado, no sólo se refiere a la lectura o conocimiento sobre grandes episodios, sucesos históricos de relevancia, referencias sobre grandes figuras y personajes, que de alguna manera definieron o sentaron las bases, para lo que hoy somos como país. También los pequeños hechos y acontecimientos, así, como la vida diaria o cotidiana de las sociedades, son de gran interés, a la hora de estudiar e investigar aspectos inherentes a nuestra historia. Dichos documentos suman un total de cien piezas, representadas fundamentalmente por Ordenanzas y Resoluciones, aprobadas entre los años 1831 y 1853. Los mismos registran la vida pública, política, social, económica, cultural de esa región venezolana. A través de la lectura de estas fuentes podemos enterarnos de aspectos o elementos que signaron la vida pública de esa diputación. Por otra parte leemos en estos manuscritos información relativa a construcción y mantenimiento de hospitales, cárceles, puentes, peajes, aduanas, entre otros. Asimismo, nos encontramos con importantes contenidos sobre tierras, crédito público, jefaturas políticas, tribunales de comercio, impuestos, patente, y otros referidos a la explotación y administración del mineral urao.
Si continuamos el viaje a través de la memoria conservada en estas palabras grabadas en las amarillentos papeles del tiempo, leemos, para nuestro asombro, algunas patentes sobre máquinas que facilitan la aserradura de maderas y otras para el cocimiento de viandas por medio de vapor. Dichas patentes fueron asignadas en 1846.
La lectura de estos documentos invita al lector e investigador a transitar por caminos que guardan las viejas estanterías del misterio. Quién no va a trasladarse a otra época, otro tiempo, por ejemplo, al leer, las tarifas de impuestos municipales, las cuales, denotan o reflejan, imágenes de la vida cotidiana de los pobladores de ese diputación. Y por otra parte, nos enteramos también a través de la lectura de estos interesantes manuscritos de todo lo inherente a los impuestos cobrados a comerciantes, bodegueros, billares, galleras, toldos de mercado, pulperías, bolos y boliches, degüello de ganado menor, entre otros, que nos dan una idea bastante cercana sobre la vida pública de los pobladores de esa región venezolana a mediados del siglo XIX.
Si continuamos el viaje a través de la memoria conservada en estas palabras grabadas en las amarillentos papeles del tiempo, leemos, para nuestro asombro, algunas patentes sobre máquinas que facilitan la aserradura de maderas y otras para el cocimiento de viandas por medio de vapor. Dichas patentes fueron asignadas en 1846.
La lectura de estos documentos invita al lector e investigador a transitar por caminos que guardan las viejas estanterías del misterio. Quién no va a trasladarse a otra época, otro tiempo, por ejemplo, al leer, las tarifas de impuestos municipales, las cuales, denotan o reflejan, imágenes de la vida cotidiana de los pobladores de ese diputación. Y por otra parte, nos enteramos también a través de la lectura de estos interesantes manuscritos de todo lo inherente a los impuestos cobrados a comerciantes, bodegueros, billares, galleras, toldos de mercado, pulperías, bolos y boliches, degüello de ganado menor, entre otros, que nos dan una idea bastante cercana sobre la vida pública de los pobladores de esa región venezolana a mediados del siglo XIX.