viernes, 2 de marzo de 2012

JOSÉ GUILLÉN: UN BIBLIOTECARIO EJEMPLAR


Los bibliotecarios desde la antigüedad han desempeñado una importante labor orientada a la conservación y divulgación de la memoria de la humanidad. Decimos esto porque ellos, los bibliotecarios, custodian la palabra escrita haciéndola viajar en el tiempo, desde las bibliotecas o casas de los libros. Sin embargo, hay bibliotecarios que van más allá de la realización de tareas rutinarias, para hacer de este digno oficio, una actividad sustancial y vital en sus vidas. Tal es el caso en Venezuela del bibliotecario José Guillén, quien lleva 35 años dedicado a custodiar y a caminar entre los anaqueles de la Colección Pedro Manuel Arcaya, anaqueles y estanterías que sostienen miles de palabras impresas en no menos de 173.000 volúmenes. Esta colección comenzó a gestarse en la ciudad de Coro, estado Falcón, luego fue trasladada a Caracas, donde abre sus puertas al público en la Urbanización El Paraíso. Y ahora forma parte de La Dirección de Libros Raros y Manuscritos de la Biblioteca Nacional dela República Bolivariana de Venezuela. José Guillén ingresa a la Biblioteca “Pedro Manuel Arcaya” a los 22 años de edad en calidad de obrero, para dedicarse a las actividades de limpieza. Pero, al entrar en contacto con esa gigantesca colección, se sintió atraído por el fascinante mundo de los libros, cosa que lo motiva a revisar el contenido de tantos volúmenes, revistas y periódicos antiguos, que forman parte de esta extraordinaria colección. Así, se convierte en bibliotecario integral que atiende a investigadores, profesores, estudiantes y usuarios en general, procedentes de diversas partes de Venezuela y de otros países. Bibliotecario entregado a sus actividades con mística, amor y disciplina, cualidades que hacen de este hombre amante de los libros: Un Bibliotecario Ejemplar. Ha recibido condecoraciones como Orden al Mérito de Trabajo en Primera y Segunda clase otorgadas por el Presidente de La República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frias. Asimismo, ha recibido también reconocimientos por parte de estudiosos e investigadores, que no olvidan colocar su nombre en sus libros ya editados, como señal de agradecimiento por el apoyo en sus investigaciones. Por otra parte, no debemos olvidar, que este bibliotecario no se conforma con facilitar documentación solicitada o requerida por los usuarios, sino que recomienda otras fuentes para ser consultadas. Entre tantos investigadores atendidos por José Guillén podríamos nombrar algunos como Vladimir Acosta, Blas Bruni Celli, Maritza Vannini, David Chacón, Virgilio Tosta, Rafael Fernández Herez, Rafael Pineda, Douglas Palma, Mirla Alcibiades, Naudy Suárez, Manuel Carrero, entre muchos otros. Asimismo, nos cuenta el mismo Guillén que su nombre ha aparecido en 40 títulos publicados en Venezuela, Colombia, Panamá y Estados Unidos, por su colaboración prestada en los procesos de escritura de los mismos. Hablar de este importante bibliotecario venezolano, por momentos nos recuerda a aquel personaje de la novela “Auto de Fe”de Elías Canetti, que vive entre las estanterías de libros y manuscritos, decodificando escrituras antiguas. Por otra parte, cómo olvidar a Calímaco de la Biblioteca de Alejandría, quien como bibliotecario hizo fundamentales aportes en cuanto a catalogación y organización de colecciones. Y así, pudiéramos citar a otros bibliotecarios entregados con corazón a este oficio que hace posible vencer la fugacidad del tiempo, al conservar la memoria escrita contenida en libros y documentos.


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